lunes, 21 de noviembre de 2011

El Secreto




Tarde/Noche de lluvia
caen gotas gordas sobre el tejado,
soledad de almohadas intactas,
hace mucho que no me besan
y mi cama no recibe visitas extranjeras.
Gato que duerme en el sillón,
no tengo sueño y bla bla bla...
estupideces.

Secretos planes de verano,
tan secretos como planear ir al gimnasio,
nuevo corte de pelo,
algo que cause conmoción entre la gente,
caracterizarme en ser un verdadero leonino
y no comportarme como un pálido pisciano.

La era de Acuario llegó,
(me tengo que comprar una pecera)
por si acaso visitaré una playa
y posaré con una tinaja
parecida a una botella de vodka.
¡Festejemos la cultura zodiacal!

Por mi armario están pegoteados:
un auto, una pareja estable
y unas fotos de paisajes disneylantescos.
La ley de atracción me traerá lo que le pida...
El delivery de deseos está a la orden,
escribiré algún tratado de mercantilismo barato
con tintes neuro-capitalistas,
de patología caprichorniana.
Se llamará El Secreto...
¡ups! ya se me adelantaron.

¿Mamá ama a papá y yo amo a Ema?
Nunca pudo haber sido la ecuación de primaria
y tampoco me cerraron los números en esta casa.
Queremos papá y mamá y Ema y Meme
(cada uno con su amante respectivo)
Ave María purísima y con o sin pecado concebida nuestra sociedad.

Yo tengo fe en que todo cambiará
y sin embargo todos los lunes se comen puchero
(aunque nos calcinemos de calor).
El gatopardismo acuariano
y la falta de imaginación nos impulsan:
a escribir de nuevo por los repetidos muros
las mismas figuras de siempre:
manos, animales, flechas y pájaros,
solo que con otro tipo de software
(también rupestre)

José Fernando Cabrera Martínez
20/11/11