
Devenir
Tan lejos la flor y la raíz,
olvido y memoria, tan lejos.
Nos quedan sólo ecos fantasmales,
sueños de milenios, deseos
de millares de colectividades,
alojadas, nadando en la sangre.
El átomo del primer ser
y mil sonrisas en reciclaje,
vitalizan la espiral de vida,
mis dolores, nuestras cargas,
me cristalizan.
¿Reencarnaré en un beso?
Caminando por la avenida,
en la fragilidad del destino...
¿Se encontrarán almas trillizas?
Y ¿qué sucede si nada sucede,
si la mirada falsea
y no se distrae el olvido?
¿Y si ya nos cruzamos?
esperaremos cuántos espermatozoides,
dependerá nuestro querido átomo
en la búsqueda sin treguas,
la expresa paciencia de eras,
para volver al mar, amor unicelular.
Tan lejos el fin y la tecnología,
la casa y la oficina, tan lejos.
El telón de la fría muerte
confeccionada en tela espejo,
nos revela un sólo misterio:
vernos reflejados en lo que tememos.
Polvo de sol y arena de mar,
agua y aire nuestro cuerpo,
corazón mineral,
cristal el pensamiento,
pedazos de universos
son nuestros elementos.
¿Contra quién lucharemos
sino contra nosotros mismos?
Si tenemos algo del todo
y estamos pintados sobre el mismo vacío.
Aún con la correspondencia universal
del inicio-final-Dios, tan lejos.
(José Fernando Cabrera Martínez,
al final de una jornada de puro
existencialismo cardiaco)