domingo, 10 de febrero de 2013

Sabes


Sabes cuánto dura el infinito
besas sabes sebas los amaneceres de Enero,
el patio lleno de duendes observando
dos constelaciones en éxtasis.

No se duerme más mi amor,
ni descansan los deseos,
percepción de pájaros sueltos
reconocimiento de cuerpos etéreos.

La felicidad no la conocía,
los besos nunca fueron besos
antes de su beso.
Y ese pecho invita a lo desconocido.

Canoa, arena de la costanera,
río que ríe y sangra un atardecer.
Niños que no saben besan
un horizonte mojado por la rivera.

Una hormiga cruzaba la alegría,
una mujer y un perro,
como una masa de tierra y miel
se acercaba la eternidad por voluntad propia.

Una piedra estrella y una mano
la piel de nuestros días
se deshojaban todas las esencias
en un pasillo, puente amarillo misterioso.

Esos muebles, ese piso,
la ventana era un cuadro de gemidos
y el sol que iba desapareciendo
mientras se encendían nuevas formas de vida.

Besas, sabes,
todo mi amor.

José F. Cabrera
10/02/2013

(foto de Sebas Ovelar)