sábado, 7 de septiembre de 2013

Poesía aguada






No quiero escribir una poesía sobre la lluvia,

pero las goteras piden a gritos que abra la puerta, paraguas y cristales hoy lloran por cumplir una función, una función como la del corazón, latir y bombear, hasta el asfalto suena diferente, las suelas mojadas y los pantalones remangados, gente que huye despavorida a los albergues transitorios para mojarse entre cuatro paredes, hoy la heladería quebró, la cafetería hizo su mejor juego, invocó el café con una cucharita batiendo un marrón oscuro a esta locura que cae del cielo, tan marrón café como la tierra que existe debajo de los edificios y estacionamientos privados, no quería hablar de la lluvia, ahora mismo está de sentadita en mi silla, no quería hablar pero ella se mete y destroza la poesía en prosa, desparrama los versos a su antojo, convierte río en mar, el suspiro en suspiro, tiene la potestad de entrar a mi casa sin tener las llaves.

José Cabrera
7/9/2013
Buenos Aires lluvioso

No hay comentarios: