
Por la blanca arena nos encontraremos,
uniendo la súbita esperanza de poder mirarnos,
cantando al sol nos reiremos,
por el azul del cielo cantaremos:
que hay remedio, que hay remedio.
Por el sueño utópico de verdes corazones,
construiremos la aurora cargando silencio,
con la alforja llena de caramelos,
y en el caramelo el relleno:
un cielo nuevo, un cielo nuevo.
Por el ámbar que nos mantiene,
unidos en el útero universo,
por el aire que me comunica
y me lleva ligero a nuestro cenit invierno:
tus pensamientos vientos, tus pensamientos vientos.
Por la marea roja del deseo bueno,
Renunciando a nuestros propios cuerpos,
por el cárdeno azul de nuestros recuerdos,
rompiendo el silencio con silencio:
nos encontraremos, nos encontraremos.
José F. Cabrera Martínez
(agosto del 2008)
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