Adultez
Si se apaga la luz y había sido
éramos sólo animalitos.
Nuestras acciones por vender,
¿Tendrán sentido alguno?
¡Cuántas veces olvidé
tomar la vida con soda!
Tendré muchos hijos,
más de una casa, dos automóviles
y corbatas para elegir.
Siempre supe que el infantilismo
no es cosa de la niñéz,
y que ser adulto no es crecer.
Que Dios tiene razón,
pero por suerte está lejos,
que la vida es dura
y me enferma la muerte.
Conozco mal educadamente
estas justificaciones.
Creo que soy bueno
porque soy solidario,
siempre doy monedas,
y me gustaría ver menos pobres.
La perorata de siempre,
el discurso del bolsillo, etc.
Por eso adimiro a los niños.
¿Será que estoy decreciendo?
José Fernando Cabrera.
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